Cicatrices y Tatuajes
Tapar una cicatriz con tatuaje: el uso terapéutico de los tatuajes
Aunque, sin duda, el acabado de cualquier tatuaje con un buen resultado es una satisfacción para nuestro estudio, existe una modalidad que nos proporciona una emoción más profunda. Así, cuando nuestro trabajo es tapar una cicatriz con un tatuaje o paliar cualquier problema en la piel, el bienestar que podemos dar a nuestros clientes es una recompensa mucho más profunda.
Más allá de los tatuajes por estética, este arte también puede convertirse en un tratamiento para aquellos cuyas marcas de vida han quedado reflejadas en la piel, ya sea por una enfermedad o por cualquier otro motivo.
El desafío para nosotros cuando llega a nuestro estudio alguien que ha sufrido un cáncer de mama o tiene una cicatriz de nacimiento o por un accidente es mucho mayor que en cualquier otro caso. En esas ocasiones, sabemos que el tatuaje va más allá de un estilo de vida y que nuestro trabajo puede suponer un aumento del bienestar de esa persona.
Para empezar, la empatía debe estar presente desde el principio. Para obtener el mejor resultado, es necesario ponerse en lugar de la persona que busca solucionar su problema y acompañarla durante todo el proceso, ya que sabemos perfectamente que dar el paso de acudir a un estudio de tatuaje no es sencillo.
Afortunadamente, en los últimos años ha crecido el número de medidos estéticos o cirujanos plástico que aconsejan a sus pacientes que confíen en el tatuaje terapéutico para tratar las cicatrices postoperatorias.
En este tipo de tatuaje terapéutico tiene mucha importancia la experiencia de Tania, ya que ha adquirido un gran conocimiento en el tratamiento de pieles con cicatrices, manchas, apendicitis , estrías, vitíligo , cesáreas o cualquier otro problema.
En Arte Salvaje sabemos que tapar una cicatriz o cualquier otro problema va mucho más allá de un mero adorno estético. Eso, sin embargo, no significa que en ocasiones decidamos juntos con el cliente realizar algún tipo de representación artística para camuflar esa imperfección. Se trata, en definitiva, de que la persona se sienta más feliz y mejor psicológicamente cuando terminemos el proceso.
El principal objetivo cuando realizamos algún tatuaje terapéutico es no defraudar al cliente, ya que muchos ven esta oportunidad como su último recurso.
Eso sí, no hay sensación mejor que ver la cara de felicidad de las personas que han confiado en nosotros cuando ven que lo que antes les causaba angustia se ha convertido en una obra de arte.